Para justificar las investigaciones que he hecho con la PASTA F.S., en el complejo problema de las comunicaciones antro-bucales, me veo en la obligación de pasar a lo anecdótico, que fue lo que me hizo dar el primer paso para adentrarme en un terreno ajeno a mi preparación profesional. Pido las respectivas disculpas por si a cualquier lector le molesta este tipo de referencia.

En ejercicio de mi cargo como odontólogo de la Base Escuela Militar de Aviación de la ciudad de Cali, debía examinar oralmente a todos los aspirantes a pilotos militares. En cumplimiento de esta tarea, cualquier día se presentó a un examen un joven aspirante. Al verificar el estado de su dentadura observé en la región del proceso alveolar de los premolares superiores izquierdos, un elemento compacto introducido al parecer, dentro de los alvéolos de estos premolares. El aspirante a Cadete de Aviación, me informó que recientemente había acudido a un dentista para una extracción y que el profesional le había colocado ese material. Informado de su nombre y teléfono, lo llamé de inmediato; el profesional, bastante preocupado, me manifestó que en realidad ese joven había sido atendido por él para la extracción de un premolar, pero que al efectuarla se le había producido una comunicación con el seno maxilar y que como él no era cirujano, había resuelto taponar la brecha con PASTA F.S., y que dejaba en mis manos la solución del problema. Ante esta información tomé la radiografía de la fig. 465 que muestra un bloque de PASTA F.S. introducido a través del alvéolo, hasta dentro del seno maxilar. Al manifestar al aspirante a aviador, que en esas condiciones no podría ser aceptado, me rogó en todas las formas que no lo rechazara ya que la aspiración cumbre de su vida era ser piloto de aviación. Como las aceptaciones demoraban todavía bastante tiempo, lo cité para 30 días después, cuando se presentó para tomarle el control radiográfico de la Fig. 466 que muestra una gran disminución de la cantidad de PASTA F.S. colocada, así como también la reducción del tamaño de la brecha ósea. Pero tampoco fue admitido y lo cité de nuevo para otro control 30 días más tarde cuando volvió para tomarle el control radiográfico de la Fig. 467 que muestra una perfecta organización del trabeculado óseo en el lugar de la brecha existente; los tejidos de la encía alveolar estaban completa y normalmente cicatrizados y al análisis clínico de alguna sinusopatía no había nada revelador, por lo que fue aceptado. Las manifestaciones de agradecimiento, podría decir que fueron casi exageradas; hoy es Coronel de la Fuerza Aérea Colombiana.