Esta otra situación de la Fig. 137 corresponde a un primer molar inferior con una pequeña radiolucidez en las raíces mesiales. El relleno radicular quedó subobturado en las tres raíces y más marcado en los conductos mesiales (Fig. 138), La roengenografía de la Fig. 139 demuestra la regresión de los tejidos.
Este caso de la Fig. 140 se refiere a un primer molar inferior con una lesión extendida a los ápices de todas sus raíces. El relleno radicular se dejó subobturado en los tres conductos llegando sólo el tercio medio en el distal (Fig. 141). El control último a los cinco años manifiesta una completa neoformación ósea (Fig. 142).
Este premolar inferior estaba destinado por el paciente, a la exodoncia (Fig. 143). Presentaba una movilidad exagerada y un drenaje purulento en todo el surco gingival. A título de investigación el paciente colaboró para una subobturación hasta el comienzo del tercio medio, que puede verse en la Fig. 144. Cuatro años después la radiografía de la Fig. 145, no deja lugar a la menor duda en cuanto a la recuperación del tejido óseo que muestra claramente la neoformación trabecular. Obsérvese la ausencia de instrumentación del conducto, que al haberse hecho, se mostraría ensanchado.
En esta nueva (Fig. 146) se presenta un molar inferior con una radiolucidez en sus ápices. También a título de experiencia, se dejó una subobturación al tercio medio. En esta ocasión tampoco se hizo instrumentación de los conductos. Dos años después (Fig. 147) se tomó esta radiografía que señala la normalización total.
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