El paramonoclorofenol y el eugenol forman una mezcla líquida oleosa que al ser incorporada a la parte sólida polvosa, engloba las moléculas de ésta, comunicándole la característica de los componentes no hidrolizables y por lo cual el verdadero pH no se manifiesta.
Por lo que anteriormente se manifiesta, queda establecido que para probar el verdadero pH de la masa sin acetato de zinc, es necesaria la intervención de agua.
El segundo caso se presenta cuando la PASTA F.S. necesita catalizador para su endurecimiento. En este caso el acetato de zinc, reduce la basisidad y pasa por el punto neutro ubicándose en la escala de la acidez, en el punto 5.5.
En este caso el pH 5.5 es verídico y se manifiesta, por las siguientes causas:
- Que el acetato de zinc es una sal ácida.
- Por la intervención del agua de cristalización del mismo acetato, y muy a pesar de ser una pasta formada en su mayor parte por componentes no hidrolizables.
Con todo cuanto hasta aquí se ha dicho queda explicado el pH de la PASTA F.S., en cuanto a sus componentes en particular y el pH final de la misma como compuesto medicamentoso, que gira a su punto de equilibrio ideal a los pocos minutos.
Podría conceptuarse que la PASTA F.S. por los niveles de pH que presenta, actúa drásticamente en los tejidos internos de los maxilares, produciendo la muerte de conjuntos celulares. Nada de ello acontece, gracias a que una vez ubicada la pasta en la parte interna de las piezas en tratamiento, con el calor del organismo y la humedad persistente interna de los tejidos, se producen reacciones químicas de baja velocidad, empezando por la liberación de yodo, en proporciones pequeñas, para formar ácido iodhídrico, cuyo pH actúa sobre los componentes básicos, obligando a desplazar su pH hasta un punto óptimo para el buen funcionamiento de los tejidos.
En definitiva las pocas células que pueden morir al primer impacto de la PASTA F.S. son tan pocas que, resultan fácilmente fagocitadas.