KOZMAN 43 utilizando una cámara para nervios y con una técnica amplificadora de impulsos, al excitar segmentos del nervio ciático de ranas-toro, pudo concluir que el eugenol es tóxico para las células nerviosas en una alta concentración.
STICHT Y SMITH 44 inyectaron diluciones de eugenol intravenosamente en perros observando una fuerte pero pasajera reacción en la presión arterial así no hubieran encontrado ninguna rata de cambio en la cavidad eléctrica del corazón.
LILLU, CUTCHER y JENDRESEN por un lado y HARRISON y MAADONIA por otro, investigaron 45-46 las acciones del eugenol en lenguas de perro y en córneas y conjuntivas de conejos pudiendo determinar severas respuestas en ambos casos.
En consecuencia y como se afirmó al principio de estos estudios, el eugenol actúa como un irritante suave de los tejidos blandos en vivo; pero directamente sobre dentina o hueso se comporta como anodino, sedante y calmante; este efecto anodino sobrepasa en importancia al irritante haciéndolo de uso muy importante en odontología. Desde luego los estudios sobre animales se refieren a la toxicidad en el peritoneo, tracto digestivo, etc., que nada tiene que ver con nuestra profesión pero que indican las precauciones en el manejo especialmente por parte de los niños.
PARAMONOCLOROFENOL
Fue introducido en la terapéutica bucal por WALKHOFF en 1891 y en la actualidad es el fármaco tópico más empleado especialmente en los Estados Unidos, en endodoncia.
Su actividad antiséptica estriba en su función fenológica y en el ion cloro que en su posición “para” es librado lentamente. Se emplea corrientemente tanto en pulpectomías como en el tratamiento de pulpas necróticas. En comparación con el fenol, el paramonoclorofenol es más eficaz para destruir las bacterias in vitro. Se difunde y volatiliza a través del ápice de los dientes instrumentados, pero como fármaco volátil tiene mayores probabilidades de atravesar residuos y alcanzar las bacterias que otros fármacos.
CURNEY lo reporta 47 con un amplio y eficiente espectro antibacteriano y su baja toxicidad.
ASAI, NAKUMURA, YAMAGISHI y SIKINE 48 en el Japón, han llevado a cabo un exitoso y cuidadoso estudio de este elemento combinado con alcanfor y con guayacol. Estos materiales se dejaron en 60 cavidades profundas limpias y selladas y las observaciones se extendieron de cero a 48 días. El noventa por ciento fue evaluado como de un éxito clínico y un diez por ciento como favorable.