Está demostrado clínica y experimentalmente que la infección focal puede desarrollarse luego de las extracciones dentales pudiendo generar especialmente una endocarditis bacteriana subaguda, máxime si el paciente tiene antecedentes de cariopatías reumáticas.
En el acto quirúrgico de la extracción los vasos sanguíneos intralveolares se abren al romperse y elementalmente los microorganismos son impelidos por ellos al torrente sanguíneo. Por fortuna los fagocitos circulantes y los anticuerpos del plasma sanguíneo atacan de inmediato estas bacterias reduciendo las concentraciones, de ahí que las comprobaciones de los cultivos a los 10 minutos, se presenten notoriamente disminuidas, pero durante este proceso, los pacientes con patologías cardiovasculares están expuestos a que estos microorganismos se instalen en cualquier parte del endocardio para regenerar una endocarditis subaguda que antiguamente era fatal y que hoy a pesar de todo sigue siendo muy severa. En conclusión cualquier extracción dentaria puede originar un problema bastante complejo.
Todos los odontólogos sabemos que acaso la mejor defensa para el éxito de una extracción es la formación inmediata del coágulo sanguíneo; pero también sabemos que, especialmente en las extracciones con anestesia de infiltración, la vasoconstricción anestésica impide la formación de este coágulo y el raspado o curetaje para provocar la salida de sangre puede estar induciendo la bacteremia. Al dejar ir al paciente con un alvéolo seco, indefectiblemente se va a producir la alveolitis microbiana con sus consecuencias de intenso dolor y bacteremia. Es bien sabido de todos, que una hemorragia postextracción fácilmente se pude combatir y muy rara vez origina peligros para la salud, no así las alveolitis o alvéolos secos. Por este motivo llamo particularmente la atención y ofrezco la solución que mi experiencia de muchos años ha encontrado.
Por rutina, en todos los millares de extracciones que he hecho, si hay hemorragia la cohibo con un tapón de PASTA F.S. con acelerador de fraguado colocado dentro del alvéolo, tal como se aprecia en la Fig. 446. Con esta maniobra, la hemorragia será contenida de inmediato. La PASTA F.S. será expulsada posteriormente sin problema alguno.
Cuando el coágulo no se forma, debe procederse a taponar el alvéolo también con PASTA F.S. con acelerador de fraguado sin importar si el tapón queda como en la figura anterior o si llena todo el alvéolo como en la Fig. 447. De todos modos la alveolitis se previene y la PASTA F.S. ya siendo fagocitada y expulsada a medida que se va formando la trama ósea de reconstrucción alveolar.
Otra situación es cuando el paciente llega a nuestra consulta con una alveolitis ya establecida. En estas circunstancias lo sabido convencionalmente es que aparte de la dificultad para lograr una anestesia satisfactoria, ya que el proceso es demasiado doloroso, sólo existe la aplicación de lavados germicidas y anestésicos locales que requieren varias intervenciones durante las cuales el paciente tiene que estar sometido al uso de analgésicos y antibióticos. Mi tratamiento consiste en, (aún sin anestesia), colocar dentro del alvéolo porciones muy blandas de PASTA F.S. con acelerador de fraguado, hasta lograr el mejor taponamiento posible. El efecto analgésico es prácticamente inmediato. Con este procedimiento se logra la siguiente:
- El efecto analgésico,
- La exterminación del proceso bacteriano, y
- La formación de un mejor trabeculado óseo excitado por el zinc de la fórmula, como se verá más adelante.
Como ilustración expongo la siguiente secuencia: Fig. 448 que muestra dos alvéolos secos con alveolitis crónica. La cantidad de PASTA F.S. que se logró colocar dentro de los alvéolos con sedación inmediata del dolor (Fig. 449). Control a los dos meses, en el que se aprecia la disminución del material y la neotrabeculación ósea (Fig. 450). Último control que muestra la expulsión de la PASTA F.S. y el trabeculado óseo formado sin haberse perdido la altura del proceso alveolar como lo comprueba la cresta intermedia, y los bordes distales y mesiales de los alvéolos (Fig. 451).
En conclusión, con la fórmula PASTA F.S se evitan y corrigen las alveolitis y las bacteremias consiguientes.